¿Quién refuta estas fotos?
Por Redacción de Eadioelfaropr.com
Llevamos tiempo denunciando la corrupción en los
contratos de obras de esta administración del Principito José Carlos Aponte,
donde se le dan recursos (personal, materiales, equipos) del municipio para
trabajos contemplados y cotizados en las subastas. Recientemente nos hablaron
de un Ingeniero Larache, contratado por el Barbie Ken Valles para manejar entre
otros proyectos la demolición del residencial en el pueblo, y el Museo del Niño,
a quien Caneco enviaba brigadas y el equipo pesado de Obras Públicas del
Municipio, a realizar trabajos que eran etapas del contrato con un costo
asociado y facturado a la Vice-Alcaldesa para pago con fondos municipales. El
tal Larache jalaba por el teléfono, Caneco Víctor Rodríguez Mangual como buen raquetero
y amante de los derrames de grasa, cogía
la orden y enviaba a los trabajadores a trabajar molestos porque para ellos era
obvio llegar a recibir directrices de Larache al lado del rotulo del proyecto
con cientos de miles de dólares de los que ellos no cogían ni medio centavo.
¡Que pantalones! Es que si los del FBI llegan y preguntan a los trabajadores,
gritarían la verdad sin titubeos.
Ahora el último descaro es en el proyecto del hospital
sin estacionamiento que se construye a la ligera en la calle Muñoz Rivera.
Parece que con la excusa de estar atrasados, Caneco por petición del Principito
José Carlos Aponte, ha mandado una brigada a realizar trabajos en medio del
salpafuera de contratistas que laboran en el proyecto. Nos preguntamos, ¿si
cada contratista tiene un seguro del Fondo para sus trabajadores y se diera un
accidente laboral a cualquiera de los obreros de Caneco, si el Fondo
respondería? Esa área de trabajo claramente advierte la prohibición de personas
ajenas al proyecto por la peligrosidad de los trabajos que realizan.
Las fotos presentan a un personal sin cascos de seguridad,
ni chalecos. Pero como Caneco se pasa por donde no le da el sol a OSHA, que se
jodan los pobres diablos. Lo que importa es que ahora sobra un dinerito que
facturara el contratista en su “punch list”, y que el Principito lo disfraza en
sus actividades de paellas a $5000 la mesa. Corrupción disfrazada de actos de
buena de los amigos del principado. ¡Buen Provecho!
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