EL PRINCIPITO JOSE CARLOS APONTE Y SU LAGUNA NEGRA II
Por Redacción de Radio El
Faropr.com
El Principito, José Carlos
Aponte, en su desespero porque no se
sepa la verdad, ha recurrido a sus relacionistas públicos de WKAQ 580 A.M. Rubén
(El Payolero) Sánchez, para tratar de ocultar el grado de contaminación que
existe en el cuerpo de agua (Canal Blasina), allí donde el municipio de Carolina ha desarrollado un
proyecto de ecoturismo acuático que El Principito ha bautizado como su “Jungle
Trip” criollo.
Al igual que en las contaminadas aguas del
balneario de carolina, las aguas de esa laguna exceden los parámetros de
agentes patógenos, según ha sido
catalogada por la Junta de Calidad Ambiental, cuerpo rector que monitorea la
calidad de los cuerpos de agua. En el caso del balneario de carolina el municipio temerariamente insiste en colocar
bandera verde en violación a las leyes de seguridad ambiental y de salubridad
pública, aun cuando los muestreos tomados por la J.C.A. han demostrado lo
contrario y la existencia de agentes patógenos.
Cualquier persona que se
exponga al contacto con esas aguas, infestadas con agentes patógenos, con solo
meter las manos al agua, nadar, ingerir la misma se expone a sufrir de
infecciones en la garganta, ojos, piel y padecimientos gastrointestinales severos.
Los agentes patógenos del esterococos tienen un periodo de incubación de unas
48 hrs., mientras el periodo de incubación de los coliformes fecales son de
unas 24 hrs.
En la entrevista de encargo que le hicieron al Principito,
José Carlos Aponte en “La nota positiva” de esa estación WKAQ, este menciono
que allí en su laguna negra, entre la diversidad de fauna y vida marina que existe hay toda clase de reptiles, o sea
que el mismo admite la presencia de los caimanes en ese lugar, porque los
reptiles entre otras cosas son especies
animales que caen bajo esa categoría como lo son los arcosaurios (Cocodrilos y
Caimanes)
Mientras al día de hoy, la
Junta de Calidad Ambiental no había reconsiderado el cambiar y ha mantenido en
efecto su determinación, ya el municipio de carolina se había pronunciado en
contra de ese muestreo y la Deborah
Rivera, Directora de Asuntos Ambientales, dijo que la gente “podría” usar la
playa para bañarse ya que ella estaba limpia. Que pena que el Principito y ella
no se fueron con sus familias para darse un buen chapuzón. Ninguno de esos
facinerosos y cuentistas se atrevieron a meterse en la playa y mucho menos llevarían a sus hijos a meter las manos en la laguna de las aguas
negras bacterianas de El Principito.
Aquí alguien miente, porque
nunca hay dos verdades, solo hay una. En sus delirios de grandeza esta gente maligna, son la peor escoria y pronto habrán de caer en vergüenza pública, a causa de su vano orgullo y la arrogancia que los hace
vivir en varaderos de obscuridad y de espaldas a DIOS.
Todos estos facinerosos
viven en cueva de pestilencia como ladrones, mentirosos y corruptores por todas
sus malas acciones de querer vivir siempre en la doble vida de los engaños y
las mentiras como la antigua serpiente.
Por mentirosos NO se
merecen el respeto de su pueblo. NO sean malvados y mentirosos y digan la verdad y no jueguen con la salud de
un pueblo, faltando a su deber ministerial. Ustedes no son más que una partida de mentirosos de la
peor calaña que deshonran con su presencia la óptica de servir con honradez y vocación en el
servicio público. Basta ya de tantas mentiras y engaños contra este atribulado pueblo del que han
vivido con altivez y arrogancia como crápulas devorando todo lo que encuentran
a su paso.
NO se valgan de los medios
noticiosos que acomodan sus entrevistas y artículos de encargos y que les sirven de fotutos para
encubrir sus fechorías. Esos medios que se prestan para eso, son peores que el
“Grandma” del Régimen Comunista de los Hermanitos Castro. A fin de cuenta todo
eso lo pagamos los contribuyentes y esclavos del sistema colonial en que vivimos,
con todos estos vagos listos y buitres que predominan y es por eso que este país como esta jalando paja del tanque, mientras otros
grupitos los mantienen siempre llenos hasta la saciedad.
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