100 Botones, No bastan para demostrar lo que son en Carolina

Por Redacción de Radio EL Faropr.com

Llevamos años sacando a la luz pública los múltiples casos de discrimen, persecución, destrucción de reputación y agresión del distinguido miembro del “Dream Team” de El Principito José Carlos Aponte, el “Ingeniero” indocumentado de Víctor Rodríguez. Uno piensa que ya lo ha escuchado todo cuando llega a nuestro conocimiento otra atrocidad más. Rafa Agustín, es un hermano dominicano que laboro hasta acogerse a un retiro constructivo en Obras Publicas. Nos cuenta el amigo en la Ferretería de Cuco, que desde que el “Domi”, como lo llamaban todos, el día que firmo la Carta de los 40, carta dirigida al Alcalde sobre lo que se empezaba a vivir en la “Barra de Caneco”, firmo el fin de sus días en Obras Publicas.

“Ya el Domi estaba en la lista negra del Jefe.” No tardo mucho que lo refirió a Asuntos Internos por haber guiado un camión y haberlo chocado. Pero el pobre diablo de Caneco, quien en su desespero  y sed de venganza por tirarle una  rosca, no sabía que Agustín nunca había conducido, ni mucho menos había tenido una licencia de conducir en su vida. Testimonios de muchos derrumbaron la asquerosa fabricación que le cocinaba el “justo” Director a este obrero por ser de descendencia dominicana y ser de color.  Una empleada de nombre Annie Rohena  lo defendió con uñas y dientes. Ella ya estaba prendía porque muchos se habían acobardados con el abuso que cometió ese desgraciao con el Ing. Millán y con otros empleados a los que El Caneco trataba de humillar. La destitución del que muchos (incluyendo Directores de otras áreas) consideraran un servidor público de primera, víctima del odio racista y la envidia profesional del Caneco.

Agustín era uno de esos que pregonaba a los cuatro vientos que el Director era una batata sin título ni capacidad para dirigir. Cuando llegaron las casitas para enviar a Haiti, el “Ingeniero” Caneco, ni sabía leer el  plano trato de armar una muestra y lo que hizo fue malgastar material. “¡El Domi le monto una casita en menos de lo que se le quita la cáscara a un guineo.  ¡Qué vergüenza! Trato de buscarle la vuelta a Agustín para que le diera la explicación de montarla, pero el hombre con la sabiduría de calle y del que aprende por las necesidades que vivió, le indico que él no era carpintero. Ay Caneco, eso te tuvo que saber a ñoña. Tenían que ser muchas las ganas de “tumbarle la cabeza” al pobre hombre, cuando días después y de casualidad  le llegó una supuesta  llamada de un vecino de las Villas, denunciando la entrada del camión donde laboraba Agustín a los predios de la casita donde vivía. ¡Me la pusieron en la mano, así como usualmente acostumbra decir El Caneco cuando  surge la oportunidad de cuadrarle un caso a alguna de sus víctimas y tarjetas.

Rápido El Caneco, envío  al chofer y al pobre Agustín a que se personaran en el cuartel de la Policía Municipal  para confesara y se adjudicaran esos hechos, como si Agustín se hubiese robado la madera del Municipio. La verdad es que Agustín pidió que lo llevaran a su casa a buscar un documento para una cita que tenía en la tarde. Pero el diablo juzga por su condición, y su mentalidad de un expolicia corrupto lo  llevó a fabricar el despido de Agustín.  A fin de cuentas un negrito menos. Porque si en tu finca un negrito no se deja marcar el carimbo de tus miedos, hay que salir de ellos a como dé lugar Dios puso a una investigadora de experiencia que en segundos se percató que el bárbaro de Caneco quería fabricarle hurto de propiedad municipal a un hombre inocente. “Oye Cheo, el hombre no llego al cuartel. Porque la investigadora pidió su número y le solicito que llegara él, el ingeniero de Obras Publicas y el capataz. El supuesto vecino y confidente, quien era el testigo estrella nunca apareció. El tiro le salió por la culata. En vista de esa situación la investigadora lo tildo de negligente, pues se le veía el refajo a la loca desde lejos.  Nos cuentan que El Caneco se desfiguro, le riposto cuestionándole esa expresión, ella le indico los años de experiencia en investigaciones de hurto, y el en su rabieta cometió la imprudencia de decirle que él fue policía. Ella le pidió identificación para corroborar en el sistema de la Policía de PR la veracidad de ese dato. El Caneco se negó. ¿Por qué negarse a corroborar su experiencia  y su record como un ex policía? ¿Saldrían para fuera los esqueletos indecentes y las atrocidades que fomentaron  su salida del Cuerpo? Cuentan que ese día el Caneco, luego de surgir esa situación  llegó a la oficina restrellando puertas, y poseído por un demonio.

Rafa Agustín decidió acogerse al retiro desistió de la idea de demandar al fabricador de Casos.  Ahora  vive muy felizmente  y disfrutando de su retiro en la República Dominicana, lejos del Caneco y sus malignas intenciones de hacerle daño.

Se dice que para muestras, un botón basta. Pero ya son cientos de botones, y el Principito sigue demostrando que consciente estas actitudes. Hasta cuando seguirán saliendo más historias reales de los atropellos de este sinvergüenza. ¿Por qué el Alcalde de todos los Carolinenses, y  todos incluyen  negros, inmigrantes, ancianos, pobres, tiene en sus staff de confianza a personas como Caneco, Ortiz Crespo, el Barbie Ken Valles? ¿Piensa que van a parar? Sepa usted que no van a parar de llegarle querellas y acusaciones de Agencias del Orden y la Justicia. Se dice que en la última reunión de Staff, El Principito José Carlos Aponte, se monto en cólera y delante de todos los presentes le dijo al Caneco, Víctor Rodríguez Mangual, que otra querella mas de maltrato y abuso que le llegara, lo iba a despedir fulminantemente, porque ya él  lo tenía harto de tantos problemas. 

Vamos a ver que sucede con El Caneco, quien sigue al asecho de sus víctimas para saciar su sed de venganza y hacer galas de su poder.


Quisiéramos, ya no hablar más de personajes siniestros como   El Caneco, pero como este no aprende y sigue tocando los botones que no son, le tenemos que salir al paso en desquiciada  y errática conducta de seguir abusando con los humildes trabajadores y empleados.  NO vamos con el abuso y la corrupción que El Principito, José Carlos Aponte, el mayor encubridor y protector de esa caterva de facinerosos abusadores, ha instituido en ese municipio. Seguiremos informando y vigilantes  al pie del  cañón.

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