EN RIO GRANDE CRONICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

Por Redacción de Radio El Faropr.com

El delegado presidencial de Rio Grande Por el Partido Popular Democrático el Senador Luis D. Rivera, quien tiene a su cargo ejecutar a nivel del municipio de Rio Grande la elección de un nuevo Alcalde, debe mantenerse en una posición neutral que de ninguna manera pueda interferir con un proceso interno pulcro y transparente.  El pueblo de Rio Grande demanda el respeto y el derecho que le asiste para elegir a su nuevo Alcalde sin que medie la manipulación externa de las manos negras y siniestras del mentor y el jefe político del Senador Luis D. Rivera bajo la dirección del Régimen Aponte- Gambini.

Los Riograndeños se merecen, tener un Alcalde que NO sea impuesto desde Carolina, tal y como lo hicieron con la fabricación de la figura del “Frankenstein” de Eduard Rivera Correa y su imagen oculta, puesta hoy al descubierto cruda y real. Como dicen por ahi “el pillo no es pillo, hasta que lo cogen”.  Rio Grande, no puede permitir, ni gastarse el lujo de volver de vuelta atrás al continuismo para que se vuelva a repetir la tragedia que hoy nuevamente vive en su historia como pueblo. Ya es tiempo  de que los Riograndeños tiren los pantalones cortos y se pongan los pantalones largos y sean más rigurosos de carácter y aprendan a no volver a repetir los errores del pasado por la imposición e intromisión indebida de unos pocos en detrimento y el mal de todo un pueblo.

NO dejen que este tipo de Luis Daniel Rivera que solo es un espaldero a ultranza de los Aponte-Gambini, les manipule y les cautive con sus cantos de sirenas para imponerse ante la voluntad de ese pueblo. NO dejen que suceda lo que paso en Ceiba, a donde fueron los Aponte-Gambini y otros vividores políticos como Aníbal Acevedo Vilá a usurpar la autonomía de Ceiba, otorgándole inmerecidamente el nombre de José E. Aponte De La Torre, a un aeropuerto enclavado en ese Municipio.  Los que cometieron tan vil acto de injusticia ignoraron los méritos de Doña Felisa Rincón De Gautier entre otras celebridades, oriundas de Ceiba que merecían tal grado de distinción.  Fueron por asalto y como ladrones en la noche, poco les importó tal grado de menosprecio a ese pueblo.  Las componendas de rendir culto a falsos ídolos con pies de barro, erigiendo murales por doquier en Carolina, para limpiar manos sucias que nada tienen que envidiarle a los peores delincuentes y mafiosos, es no tener temor de DIOS. Como dicen por ahí “de cualquier yagua vieja sale un alacrán”.   Y hablando de alacranes tomemos como ejemplo de cómo Acevedo Vilá fue y sembró a su mujer Piti Gándara a un escaño representativo dejado vacante por Héctor Ferrer, de golpe y porrazo y sin gastar un solo dólar en una campaña primarista acaparando el poder por el poder. Dicen que al perro huevero aunque le quemen el hocico huevero se queda.

Esos que te hablan con la falacia y el gran arte de mentir en defender la democracia, solo pretenden mantener en avivamiento sus falsas doctrinas y moviendo sus intereses políticos y el control que los coloque en la posición correcta que solo responda a sus mejores intereses para ellos seguir en su eterno macuteo en la gran corporación roja o la OTAN ROJA.  Todos ellos son una estirpe de manipuladores que saben y  se aprovechan del vacío existencial político y religioso que experimentan la gran mayoría de los seres humanos en este país en decadencia y en una degradación social y espiritual. Les corresponde a los Delegados del Comité Municipal, como Riograndeños, resolver tan difícil situación una vez más y ese será su gran dilema y  responsabilidad histórica ante el pueblo, de cara a la elección de un nuevo Alcalde. Recuerden y tengan en cuenta que no se puede, ni se debe construir un templo en vano, para  que al final del camino sea el diablo el que oficie la misa o el sermón. DIOS, nos coja confesa’os y que nos libre de todo mal por ser sinceros pensando en voz alta y no ser hipócritas para ganarnos el aprecio y simpatías, de nuestros admiradores con rabia que se han ensañado en contra con el odio y la maldad que destilan. A todos esos los que se dedican a sembrar esos vientos, tengan presente que solo habrán de recoger tempestades y luego no encontrarán a quién vendérselas y mucho menos tratar de pasarle gato por liebre.