UNA PIÑITA DULCE EN CAROLINA

Por Redacción de Radio El Faropr.com  

Es asqueante el tener que ver de la forma en que El Principito, José Carlos Aponte, ha venido  utilizando la ayuda de ciertos medios que muy lejos de informar se dedican a manipular la opinión pública como mercenarios a sueldos que le lavan el mugriento rostro de la corrupción y la inmoralidad que prima en el Municipio de  Carolina.

El pasado viernes 20 de agosto de 2014  se llevó a cabo una actividad donde se pretendía reconocer a los Valores del Año en ocasión de celebrarse la Semana del Servidor Público. De ninguna manera queremos menospreciar los méritos que pudieran tener aquellos servidores públicos honestos y desprendidos que se entregan por vocación y compromiso al servicio de su pueblo. Lo que no podemos aceptar y aplaudir son a aquellos facinerosos que se infiltran en el servicio público y que llegan a escalar posiciones haciéndole daño a otros compañeros para ellos abrirse paso a como dé lugar empujando y dando puñaladas traperas a troche y moche.

En un claro Quítate tú, pa’ ponerme yo, esa es la consigna y el proyecto de vida de muchos de esos trepadores y trepadoras oportunistas y vela güiras que suben como la espuma y no por sus méritos y por luz propia. El Principito ha querido resaltar a un empleado de nombre Jesús M. Otero Morales C/P “El Holandés” que labora en el departamento de gerencia ambiental que dirige Deborah Rivera. El mismo Principito establece que este empleado comenzó a laborar en el municipio de carolina en el 2006, como trabajador de brigada y ha llegado a la cúspide de la cima

 El Principito y su caterva de secuaces, quieren proyectar que su gobierno es uno sensible, honesto y sobretodo desprendido con sus empleados, pero con esa guayaba podrida, no llegan ni a primera base. Nada más basta con buscar la página de la Comisión Apelaciones Sistema Personal (CASP) que es el foro donde se adjudican las controversias y se registran las querellas  que radican los empleados contra los municipios y agencias públicas y usted se va a sorprender, porque una cosa es la que dice el borracho y otra la que dice el cantinero, por la cantidad de casos que allí tienen radicados. Mire mi hermano, allí hay empleados que se han tenido que ir a laborar a otros lugares del gobierno o la industria privada porque allí no hay potencial de crecimiento profesional alguno. En ese municipio no se respeta el principio de mérito que dictamina por ley que sean  los más aptos y capacitados los que sean seleccionados a la hora de ocupar un cargo público.

En ese municipio hay empleados que por su antigüedad, experiencias y preparación académica cualifican para distintas posiciones de supervisión y directivas que nunca los toman en cuenta para nada y terminan sus años de servicios marginados. Lo que hace El Principito y sus facinerosos espalderos es que utilizan los nombres de esos empleados que los mantienen en un registro de elegibles como si ellos fueran parapetos para llevar a cabo un proceso pro forma y así reclutar gente de afuera que ni tienen la capacidad para ocupar los cargos y tan siquiera son  residentes de Carolina.
Lo que no dice El Principito, es que ese reconocimiento tiene su génesis en una nominación que hizo Deborah Rivera, como un premio de consolación para que le otorgaran ese galardón con un premio de $1,200.00 dólares en metálico, a su protegido “El Holandés”, quien de paso por su seudónimo debe ser amante en la degustación de los finos quesos y derivados de la industria lechera. Sera acaso que aquí hay un “Win-Win” ya que a la Deborah, siempre le ha interesado dirigir el departamento de manejo de desperdicios sólidos y reciclaje, posición para la cual está súper cualificada sin dudas, a diferencia de Jesús Morales Trujillo, “El Brujito” a quien El Principito trajo en paracaídas y quería sembrar allí, para seguir con el guisómetro y dando fiel y estricto cumplimiento a  la dinastía que tienen montada en ese municipio donde los apellidos es clase aparte y hacen la diferencia. Dicen que a raíz de nuestras denuncias las vistas de confirmación para ese cargo fueron detenidas en la legislatura municipal, porque saben que ese nominado no cumple con los mínimos requisitos del cargo. A propósito, El Brujito se las pasa pa’ arriba y pa’ abajo en un vehículo del municipio conducida por Luis Tapia, otro de los del “escogido” que en el pasado ha sido bendecido con ese premio como servidor público del año.

Dos requisitos básicos para ser considerados como servidor público del año en el municipio de carolina han sido el haber estado dispuestos a buscarle a sus jefas, el nieto mientras este estudiaba en un colegio de Canóvanas o cuidarle a su niño mientras su jefa asiste a una reunión, así como prestarse con servilismo incondicional de los Aponte-Gambini y entre otras cosas el promover casos contra otros compañeros que hay que sacar del medio para ellos poder echar pa’lante y así poder gozar de sus cinco minutos de fama y de un “cashito” pa’ luego irse a celebrar en grande. La acción de El Principito al reconocer valores negativos en algunos personajes del escogido en la Tierra de los Aponte-Gambini, es un acto  inmerecido y  una aberración de marca mayor en la que se están malgastando en vano fondos del erario público.


Con este tipo de piñitas dulces que comen algunos empleados inmerecidamente, El Principito desluce y empaña el significado real de tan significativa ocasión y los méritos que otros empleados que estaban allí en la tarima si se merecen porque ellos si  honran de día a día con su esfuerzo y dedicación la vocación  de servir dignamente a un pueblo. Principito, por amor a DIOS, a esos  empleados que sirven más allá de lo que su deberes y responsabilidades les imponen, no los arrincone y no los persiga más con sus murciélagos y aves de rapiña, no sea un soberano y malvado abusador con ellos.

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