PUERTO RICO NO ES PENDEJO

Por José Cheo Cruz
Una abrumadora mayoría de los Puertorriqueños considera que estamos peor que antes con Luis Fortuño el Guaynabito  y casi 70% piensa que la tendencia es a la agudización de la crisis. El pueblo es noble, siempre está dispuesto a renovar su esperanza con cada promesa electoral y usualmente es víctima de la manipulación oficialista con la prensa amarillista que tenemos, es susceptible a medidas populistas y electoreras como el llamado “impuestazo” y la oposición llamando una supuesta agenda para el 2016 que nadie conoce más que ellos mismos. Pero la situación es tan mala que la esperanza –lo único infinito en los pobres, dice un amigo- comienza a escasear, igual que los alimentos y las medicinas la canasta cada día es más chiquita.
Que no se alegre el gobierno de Alejandro García padilla y del PPD, pues en Puerto Rico no hay pendejos, eso siempre ha sido muy escaso. Al contrario, el pueblo Boricua es muy vivo y puede que le “siga el juego” al poderoso para capear el temporal pero sabe cuándo pasar la factura. El régimen actual  por su parte en Carolina y en la gobernación de Puerto Rico, trata de sembrar desaliento y conformismo, aspira que creamos que no hay opción posible e inmovilizar a la sociedad, bien sea por desesperanza o por miedo, lo que explica la amenaza constante y su vocación represiva. En algún momento eso funcionó pero el hastío es grande y las cosas empiezan a cambiar, por ejemplo: los comerciantes están al grito con tantas medidas impositivas municipales y estatales pronto llegara la oportunidad para castigar las violación al pueblo, el injusto trato al obrero empleado gubernamental  y el irrespeto al pueblo que los eligió; por eso no sólo habrá una votación masiva en contra pese a la represión y a la politiquería de mentiras, sino que muchos de los que antes votaron a favor del gobierno, lo harán por la oposición no importa el candidato de los tres que tiene el PNP hoy día.
Una primera conclusión es que ni la esperanza, ni el poder son infinitos y que los pueblos tienen la capacidad de reponerse a las más grandes adversidades, ¿Serán las elecciones  del próximo 2016 la gran oportunidad del pueblo Puertorriqueño? Que el gobierno se sostenga hasta el 2016 no luce viable pero constitucionalmente hablando si, no hay otra oportunidad más clara para promover un cambio sustancial que los comicios del 2016 y eso es ya… Mientras tanto, la protesta del país debe frenar la voracidad demencial de estos “sindicalistas buscones” que hasta la AEE pretenden venderla para raspar la olla y no les importa aumentar la luz y la gasolina al pueblo para alimentar su insaciable corrupción.

Que la escasez en Puerto  Rico incluya ahora al principal alimento del espíritu: la esperanza, es una muestra de que este gobierno no sólo ha saqueado el Tesoro Público de Puerto Rico, sino que le ha robado el futuro a los Boricuas. Pero también obliga a las fuerzas del cambio a un compromiso trascendente, nuestro desafío no puede limitarse a la construcción de una opción electoral, sin desestimar la invalorable importancia de ella. Nuestra propuesta de país debe abordar la solución de los ingentes problemas de la sociedad Puertorriqueña, debe ser popular e incluyente –y así ha sido planteada- pero también debe reflejar la voluntad unitaria del liderazgo nacional, expresar una alternativa de vida, rescatar los valores, elevar la auto estima colectiva y devolver a la familia Boricua el futuro que le ha sido arrebatado por la corrupción y la demagogia de un gobierno indolente que nos dice que “tenemos patria y Ciudad patria” mientras la vende a los impostores de México y Americanos feos. El cambio exige un compromiso de todos y los candidatos andan cada uno por su lado y no les importa un comino el pueblo, les importa solo sus bolsillos pero Puerto Rico repito no es pendejo y conoce al ciego durmiendo y al cojo sentado.

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