Cleptocrácia, Gobierno de Ladrones
Hernán Padilla La corrupción pública-gubernamental es el ácido potente que destruye el tejido social y resulta nocivo al ente político, y es un síntoma de deterioro de los valores éticos en muchos niveles de la sociedad puertorriqueña. Desde mi comienzo en la política, admiré a los líderes que proyectaban dedicación, entrega al servicio público, honestidad, desprendimiento personal y un sentido de justicia que los convertía en “gente buena”. Son muchos los que llenan ese retrato, personas como Dr. Leopoldo Figueroa, Luís A. Ferré, y Ángel Viera Martínez para nombrar algunos ya fallecidos. También los hay por millares en las agencias y municipios, gente buena que siente vergüenza y expresan decepción cuando los corruptos destruyen el buen nombre del servicio público. La lista de actividad corrupta por funcionarios públicos, políticos, candidatos, y empleados de los partidos políticos es interminable. Predominan actos de fraude, empleados fantasmas, apropiación ilegal agrav