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Mostrando las entradas de junio 6, 2011

¡ESTE ZORRILLO APESTA A REVOLU!

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Dicen que el que juega con niños sale ensucia’o por no decir cagao. Pero el caso de este goloso legal me recuerda mis tiempos en el CAAM cuando sabíamos quienes laboraban en la atunera por la fragancia que los acompañaba. Eso sin duda alguna es la historia de esta garrapa que piensa que mientras más Casos toma más sangre habrá de chupar. Pero ya en Carolina no hay sangre pa’ chupar, lo que hay es un ñoñero. Pero el lambimiento del Zorrillo es tal que no se da cuenta que se ha vuelto como dicen los cubanos, un “Come-mierda”, y lo que perspira tiene un olor a revolú que ya muchos notarios que conocemos comentan que hay que sacarle el cuerpo. ¿Y todo esto por qué? Por defender lo indefendible. En uno de nuestros artículos planteamos que el GMAC no quiere cumplir, ni acatar las decisiones de los foros estatales que son favorables a sus empleados y todo lo apelan y se van en alzada para así dilatar los procesos y seguir abusando e infiriéndole castigos al empleado que tenga la osadía de

POR LOS CHAVOS BAILA EL MONO EXTORCIONAN LA JUSTICIA UN ZORRILLO EN CRISIS.

Por José Cheo Cruz                  “Esto se acabó, vida,// la ilusión se fue, vieja,// el tiempo es mi enemigo”. (Rubén Blades, “El último día en la vida de Adán García”) “Lo más terrible se aprende enseguida, lo hermoso nos cuesta la vida”, dice otra canción del genio de Silvio Rodríguez. ¿Y qué es lo más terrible para Carolina?, sin dudas la corrupcion y la mafia persecutoria contra los empleados y el pueblo en general, violatoria de   leyes, la constitucion y hacen los que les viene en gana, contra los pobres, porque en Apontelandia, de José Carlos Aponte Dalmau, (El Principito) el terrorismo de estado anda acabando y arrasando con todo, inclueyndo las libertades individuales y colectiva y la justicia se la llevan enrredada extorcionado a medio mundo con el dinero robado del herario publico, hacen lo que sea apra defender su curul y sus colectores de la extorsion. El Principito José Carlos Aponte Dalmau y su dictadura de Apontelandia   es una mala maña endémica, quinética y vir