RAFAEL PALMEIRO LOS PERROS NO SE AMARRAN CON LONGANIZAS
Por José Cheo Cruz Para escupir para arriba y comer pescado hay que tener cuidado, quien vive de la mentira lo encueran en la calle. Rafael Palmeiro salió del escondite al que le ha remitido la infamia y mejor hubiese sido que guardara el silencio que al menos le evitaba abrir los labios para hundirse más. Presentarse con el tupé , la desfachatez de rechazar que haya consumido esteroides es una movida que poco le favorece y más bien lo presenta como una persona que solo quiere burlarse del más mínimo porcentaje de inteligencia que alguien pueda tener. Palmeiro, a quien se le debe reconocer su consistencia con el bate y su fina defensa, debe saber que no es lo que él diga, sino lo que pueda demostrar, tal y como le señalaba Denzel Washington a Ethan Hawke en su papel merecedor de un Oscar en la película “Training Days”. El cubano se encuentra por primera ocasión en la boleta para el Salón de la Fama y todo luce indicar que le pasará lo mismo que a los demás miembros del “Club